Cierra las puertas de tu corazón.
No permitas que la luz deje entrar
a las sombras del engaño y la corrupción.
Ni que el aire traiga arrastrando
los susurros del desprecio y la confusión.
Permite que habite el frio seco
de la desolación y la dureza cruel del dolor.
Esa vela que agoniza puede ser tu única salvación;
Que el odio maneje ciegamente tu razón.
Que el amor y la felicidad
te sean prohibidos e inalcanzables.
Que la dulce dama de la soledad
te abrace y que reine en tu interior
tanto como en tu exterior.
Que tu indiferencia apague tus ojos
para que vivas en la eterna oscuridad.