Estábamos muy cerca. Vi en tus ojos fuego
y en tu boca un aroma de fresas.
Tus brazos me estrechaban, junté al rubí mis labios..
suspirabas ...entre besos y abrazos
ahogábamos el ánsia.
Abrazaba tu talle con mi ardiente deseo hasta notar
que flácido tu cuerpo y rota el alma ya no luchabas.
Te ayudé a serenarte...sentí de tu pecho... el latido.
De tu boca el reproche..de tus ojos..las lágrimas y
te quise entonces sin goces, sin deseo,
sin pasiones, sin ansias.
Paso el tiempo...aún no se si lloré o no lloré...
solo se que te amaba.
Es el otoño...no llores...calla el llanto,
mientras tanto mi lira te cantará
y en su pañuelo de rimas
podrás enjugar tu pena..
pero calla...calla y duerme
que yo te estaré velando hasta que
Dios te despierte.
J.C.