La última luz se roba la tibieza
de una tarde que encendió el deseo.
Y ahora la nostalgia te confiesa
y solo, en la sombra tu ausencia veo.
Más acá del silencio la tristeza
de un corazón que no acepta olvidos.
¿Cómo olvidar cuando el amor te besa?
Ahora que estás lejos, yo he perdido
la mirada libre. Y con el alma presa
tengo los pasos de dolor transidos.
De todas las espinas duele ésa,
que siendo espina, rosa hubiese sido...
Zavalla, 8 de septiembre de 2003