Debo contarte
cosas que he vivido
extraordinarias historias
que me vieron pasar
rompiendo el hilo del destino.
Te cuento
cuando descubrí que hay otras vidas
que podían ser mías
y comprendí que les pertenecía.
Cuando
fui dueño del cielo y recorrí sus dominios
donde vi un cielo abandonado de pájaros
y esas horribles nubes de papel.
O esa vez
que no pude morir, pero en cierta forma dejé de vivir.
Recuerdo
el aire diáfano, en las sierras
en ese día de amor, que tuvimos.
Sabrás
que en una ocasión
arrojé una botella al mar
con un pedido de auxilio
que rescaté yo mismo para salvarme.
Qué puedo yo contarte
impresionando
los recuerdos que vamos a vivir.
Si hoy no estás
en esta vida
has quedado en la primera
y ya he vivido tantas
que no recuerdo
y no sé como volver.