nellycastell

Y entonces escribĂ­...

 

 

 

Encima la esperanza agotada y sin fuerzas,

se deslizaron las alegrías en su partida.

Desaparece la luz que en el transitar de alondra,

 lleva aromas de quejidos en el alma abierta

 por la neblina que penetró de inmediato,

 por la colina cierta de sus poros,

 casi llaga que acumula la agonía

 de vegetar tras la cortina

 y una tormenta que se avecina

 por la puerta del fondo

 y que el dolor sea tan hondo,

duele que se pertreche la noche

 a veces de insomnio,

a veces de sueños locos

  que se parecen al viento

 que se alzó travieso tras de ti,

y una caricia a veces revuelta,

otras cerradas

 pero prendida en el camino de tus ojos.

Otrora un beso, que fue una mirada.