Olivera Dayana

Consciencia maquinal

¿Te he dicho que te quiero suficientes veces?

Admito que en mi cabeza sonaba un poco más.

No culpes al mundo porque no he sabido verte.

La culpa es de este verso que no te puedo dar.

 

Te hice creer tanto en tus formas diferentes.

¿Alguna vez pensaste en que todo daba igual?

Yo que fui pidiéndote un aire transparente.

Me vuelvo borrosa con un pacto sin firmar.

 

De ser siempre el tímido te me volviste valiente.

¿Acaso no es patético que te quisiese alcanzar?

No es cuestión de frenos el plan era del de siempre.

El problema de estos vuelos es el cielo y su nublar.

 

Si te encuentras otra piedra procura comprenderle.

Y es que con tantas patadas uno le huye a la paz.

Somos rocas que se miden por la dureza en la frente.

¿Es que nunca viste mi rotura en tu piedad?

 

Conociéndote presiento te marcharás felizmente.

Ahorrándome el recuerdo de una lágrima tocar.

Yo no se cuando te volviste intransigente.

¿Me dices que ha cambiado tu manera de pensar?

 

Olvida mis preguntas, no puedes responderme.

He dejado el principio para adornar el final.

¿Estás llorando ahora que no puedo atreverme?

Ya que noto que humedeces mi consciencia maquinal.