Cada palabra eres tú sembrada en mi vida, somos como ardorosos amantes que no abrazamos para reconocernos en el deleite. Escribo con las manos que atesoran mis caricias. Son las manos por donde fluye este amor. Poemas con tu rostro en mis lunas, pasión sin el crisma de la muerte delatando la herida; solo respiro mientras crece esto que siento a borbotones. Has sabido hechizarse con tus atributos, que son como ese fuego de la hoguera inextinguible. Tu rostro en el paisaje abrazador que puede liquidarlo todo, solo que este amor tiene el portento de poder de renacer a pesar del duro infortunio. Y solo tengo que soñarte para que el universo se haga tuyo. Un desfiladero de árboles se asemejan a estos dedos que convocan a las palabras, para la increíble empresa de describir lo que significa amarte hasta los huesos. Muchos leen y buscan el sendero del poeta, el tortuoso camino del silencio solo conduce hasta el predio que te guarda. Tu estás más allá de las palabras, siempre viviendo dentro de este mundo de paisajes; amor sin tiempo ni distancia. Oh, mujer encantadora que amaneces en mis lunas, amor con tu nombre escrito en las estrellas, jamás dejaré de quererte, tendría que morir el cielo, y aún así, este terco corazón conseguiría la forma de volver a ti