Anoche abrí el armario,
Tu etérea imagen se hizo presente,
Tomé en mis manos las delicadas gasas,
Cerré los ojos, las acerqué a mi pecho,
Y me envolví locamente
En ese remolino vertiginoso,
Regresé en el tiempo
Pude percibirte, recordé tu aroma
Estabas aquí…
Me mirabas extasiado,
Jamás olvidaré esa hermosa sonrisa
Ni la felicidad que mostrabas al verme
Aun con mi rostro ruborizado
Y mi cuerpo temblando en un leve sofoco.
Una lágrima asoma y rueda silenciosamente
Por mis mejillas, justamente donde
Delicadamente rozabas tus labios.
Suspiro profundo,
Te aprisiono a mi pecho,
Muy cerca de mi corazón
Que late aceleradamente
En complicidad con mi cuerpo
Que enardece y llora por ti,
Un gemido se deja escapar
Seguido de tu nombre.