Perjuro pensamiento
involucrado siempre con la tristeza,
sucumbiendo a los aires nocturnos
de la majestuosa oscuridad.
Una vela que se apaga
deja en su entorno un pueril aroma
a silencio bañado en muerte.
Dejemos en libertad la vida y la luz,
corramos tras la muerte
y seamos amantes no en la oscuridad sino de ella.
Quiero sucumbir ante sus pechos impensables,
acompañame a tientas
y obedece tu primitivo deseo de flotar en ella,
como lo hiciste en el vientre de tu madre.
Paulina Dix