Alberto Escobar

Boccherini Siempre

 

 

Me llegan a mis oídos, mientras disfruto del descanso

del guerrero tras agotadora jornada, los sones del violín

vivaz y dicharachero de mi amigo Boccherini.

Interrumpo la tarea para centrarme en las notas que me

traen a la memoria Master and Commander, en concreto

la escena en que Russell Crowe disfruta en su camarote

de un momento de asueto junto a su violín, momento

mágico que pone infinitud por unos instantes a una guerra

sin cuartel en el seno de la vorágine napoleónica de

principios del siglo diecinueve. 

Como ves la realidad a veces es fractal, mi momento de

asueto se corresponde en relación biunívoca con el del

capitán del barco asediado por las fuerzas de la armada del

\"Águila Imperial\".

Cuando termina la pieza devuelvo la atención a mis asuntos,

pero al instante noto que no puedo contar con la colaboración

de todas mis neuronas, algunas de ellas han decidido por su

cuenta y riesgo seguir vibrando al son pasado pero persistente. 

No me queda más remedio que bajar con ayuda de Youtube la

famosa Nocturna del susodicho amigo.

La música me invade tanto las habitaciones de mis entrañas

que decido achicar la anegación escribiendo unos versos,

o más bien unos pensamientos con pretensión lírica, que pongo

en vuestra palestra en espera de merecido veredicto.

Con el deseo de que los latidos de armonía que me invaden en

este momento tengan cumplido eco en tus neuronas

recojo los bártulos para irme con mi música a otra parte.

¡¡¡ Buenas Noches!!!