A MI CORDERINA
Oh, cielos santos que estáis tan lejos
prestadme vuestros divinos ojos,
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que estoy en los montes sin caminos.
montañas que os beso vuestros cabellos.
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Os pido esa luz divina para ver
a mi corderilla que se ha perdido,
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la quiero encontrar para llevarlo conmigo,
en mis hombros como lo lleva el pastor
a su cortijo y curarle sus heridas sufridas,
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y echarla al campo y que brinque,
alegre, mi corderilla y sea feliz
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comiendo yerba y se olvide des sus penas,
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de la falta de caricias y del monte hogareño,
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y se libere mi corderilla de esos montes
tan feos, que tiene aquí su pastor, y os digo
a vosotros os digo santos divinos del cielo,
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que yo la quiero por los altos cerros a mi
corderilla la amo tanto, tanto que es mi sueño
y por ella vivo y por ella muero.