Oda al Capitán Guindilla
Vino tras una resaca de onomástico
una improvisada decisión
para nuestra consolación
por seiscientos soles de exclamación
Lo buscamos por internet
lo encontramos enredado
de su seno lo arrancamos
en una búsqueda de antaño
hacía un año y algo más
Nos miró meditabundo
cabizbajo y con miseria
asustadizo de vinagre
Con su lengua de plebeyo,
nos sugirió un mejor tiempo
y ningún remordimiento
Hacia un año, Republicano
champú, indomable, chocolate.
Cuatro patas largas
y orejas de a medio metro
Un Olivar de libertad
por un Barranco de orfandad
Una culebra casi le llena los intestinos;
un coche irresponsable, nuestra penas;
unas bacterias en su mentón
para decir qué billetón
Hacia un año, asustadizo y tierno.
Con su pelotón de fusilamiento, cada mañana.
Su miliciana campanada,
nos encamina, en cada predio
su autoridad de camarada
Milico de animalia
no por algo, Capitán Guindilla.
Aquella pena de soledad,
que en un puente de inspiraciones
le postergó la sexualidad
Mordisco al que lo doma
amiguero por interés
lamida al que lo acaricia.
Por la calzada, sin atadura
dos o tres veces cuan feligrés
Republicano por imposición
sin conciencia de convicción
su segregación de animal de hedor
para repeler a su enemigos
y quedarse sin temor
¡Ay Capitán guindilla!
Qué polvos postergados
cumple tu primer abril
que tu miliciana correspondencia
te hará tanto resistir
Vive hasta la Tercera
ay Capitán Guindilla
vive con la quimera
de tu vena de guarnición
De tu bíblico sustantivo
pentateuco como un pez
nada nace de tu aventura
en tu libre galopar
¡ay Capitán marqués!