walter rafael aguero gomez

Una tempestad en mi mente.

Al caer la noche, 

me atrapó la soledad;

luego,

una tempestad

se desató en mi mente.

Busqué apresurado,

la brújula del alcohol

y mi mente se nubló;

su efecto falsificador de la realidad

me embriagó.

Extraños aliados,

me recordaron

que debía bailar sobre las cenizas

de mi triste pasado.

Dejé de lamer mis heridas.

Mi mente se tranquilizó;

mis acciones,

cambiaron el destino.

Observé el paisaje existencial

y me perdí 

en el bosque de la felicidad.

Dejé

que todo alegrara mi alma,

que los minutos

se volvieran momentos mágicos.

Ahora,

mi vida es río

que fluye cargado de felicidad.

La vida,

es un simple viaje

en este plano;

donde aprendo a cambiar la postura

ante la dificultad.