Doble cara
Que la vida es una constante,
que estamos sometidos al cambio,
eso lo decimos todos
y muchos lo han dicho antes.
Que hoy estamos aquí
y mañana allá.
Que hoy estamos vivos
y mañana no existimos.
Que eres materia
y luego te transformas.
Que nos nace la alegría
y después llega la tristeza.
Todo es cambio y sutileza.
Pero que hoy me llame Pedro
y mañana María o Teresa…
me parecen tonterías
como diariamente lo vemos,
en un grupo de adultos
que la palabra exponemos.
Pero ahora me pregunto:
¿Con esto qué resolvemos?
¿Es parte de la fantasía?
Dejen las dobles caras,
los embustes,
que eso no resuelve nada.
Vivamos la realidad
y está bien...
Sean como quieran ser,
sin llegar al engaño.
Me parece a mi entender
como principio,
a los otros no hacer daño.
No envidien a los demás.
Y menos molesten a los
que con solo un nombre
quieren permanecer.
No se disgusten
con palabrerías baratas,
que aquí le llamamos poesía
al sentimiento
que entregamos todos los días.
Aunque no dejo de entender
que para algo existe
la palabra “errata”.
y los que no quieran reconocer
que aunque se quiten
la máscara mil veces
seguirán siendo insensatas
por no decir realmente
lo que se parecen.