Comencé siendo Esperanza, como sentí siempre amor por la poesía
decidí colocarme ese seudónimo que identificaba mi sentimiento.
Y como supe siempre que solo era una aficionada, temí ser identificada.
Con el tiempo comprendí que me aceptaban, sentí que les debía
mi verdadera identidad.
Beatriz Blanca son mis nombres verdaderos.
Beatriz por elección de mi mamá y Blanca en homenaje a mi abuela.
Son dos nombres que amo, pues me identifico con ellos y los llevo con orgullo.
Me pertenecerán hasta que deje de existir, si bien, si soy recordada será
como Beatriz.
Blanca nunca lo he usado, tampoco me colocaron sobrenombre.
Pero decidí estar acompañada por mi abuelita para vivir esta
bella experiencia. El apellido no lo he puesto porque me suena a separación
ya que es Frontera, y yo no amo las divisiones, considero a todos como hermanos.
Esta es mi sencilla historia que he decidido compartir con el cuartel y con todo
aquel que me conoce.
Con mucho afecto Beatriz Blanca (Frontera)
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