Lazzy...
Así se llamaba una perra negra y grande
que apareció en la puerta de mi casa
un buen día en que estaba cerca mi madre
y le regalo un abrazo con sus patas.
Una hermosa perra que en su mirada
desprendía todo el amor inimaginable,
ella con sus tiernos ojos y cariñosa alma
pedía con amor que la salvara de la calle.
Mi madre le pregunto, que quieres?
enseguida se enamoro de esos ojos
y le preparo comida para que comiese,
comió alegre y tranquila entre nosotros.
Yo le decía, eres la niña de mis ojos
porque siempre que llegaba a casa
hay estaba tan alegre y a su modo
me hablaba y me escuchaba.
( en memoria de mi querida lazzy que nunca la olvidare )