Mientras mis ojos alcanzaban cielo vino como gota fresca de lluvia a cada palabra dicha, un café saboreaba... Como agujas en la piel, encontraba un lugar en el tiempo para descalzar el alma por aquel reencuentro. Profundo anhelar que nadie sabe, deseos escondidos en idiomas verbales que dan tregua y me hacen soñar, por las orillas de sus ojos indescifrables. Cada palabra se hacía importante cada gesto , un rincón de versos un silencio dulce se hizo su adiós y su sonrisa, medicina en aquella tarde...