No llores… ya no,
que tus lágrimas son tuyas
y no las merezco.
No llores que fui yo
quien no supo alcanzar
tu cielo de viento
y tu luz constelada,
tus campos de lirios,
y tu voz de misterio,
tu aura carnal…
y tu sol en mi cielo.
No llores, no… ya no sigas
que tus lágrimas son tuyas
y no las merezco.
Es que existe un mundo
¿sabes?, que yo veo,
de porciones simples,
de buenos recuerdos,
de mirar de frente
y aún con el peso
encontrar la magia
y ordenar el tiempo.
De estrellar el alma
con los sentimientos,
de sobrevivir
y seguir viviendo.
De tenerte cerca...
cuando estás tan lejos.
No llores, por favor ya no,
que tus lágrimas son tuyas
y no las merezco.
Yo lloré y mirá…
sigo en esta vida
con mis ojos muertos,
con mi pecho hueco
con mis manos frías
con mi boca fría…
con mis seño estrecho
con esta tormenta
que hela los huesos,
con mi alma, sin alma...
y no lo merezco...