Recuerdo
el aire diáfano, en las sierras
en ese día de amor, que tuvimos.
Cuántos pensamientos
llevaba mi alma en las manos.
Qué cielos vi en tus ojos
y la incógnita de esos labios.
En la mañana serena
el aire puro
y un sol apenas tibio.
Estabas sentada
a mi lado
con los puños apretados
en la nada.
Solos muy solos
temía romper la belleza
las sierras lilas
el rumor del agua contra las piedras.
El aire tibio
apenas se movía
cuando un barullo de pájaros
decidió que te besara.