Es oscuridad la noche,
que me mira agazapada en la esquina del dolor.
Y en el hilo de la vida, sangra fuerte,
cruel la herida,
de ese puñal de tu amor.
Color,
es lo que veía en mi mundo,
cuando ciego de pasión,
solo veía con tus ojos,
extraños y mentirosos, solo causaron,
dolor.
¿Perdón?
Quizás si hoy te perdono,
mañana, por el abandono,
vuelva a ser el perdedor.
Solo,
mejor, aún así tranquilo,
a las puertas de un abismo,
del que soy dueño y señor.