Perdona,
perdona todo lo que tengas dentro,
aquello que te hicieran y que su daño aun te hiera.
Regala el perdón.
Que será más fácil curar las heridas sin rencor,
poco a poco, día a día, paso a paso,
de tu interior saldrá esa savia amarga llena de odio y rencor,
y a quien te hizo daño que busque su perdón.
Que la valentía de perdonarse a uno mismo no es tan constante como la luz del día,
que sea fuerte y acepte sus actos que dañaron otras almas con alevosía,
de la misma manera que no sintió ninguna empatía,
solo egoísmo egocéntrico y funcional donde jamás importo dañar a los demás.
Tu perdona,
y limpia tu rencor que quien te hizo daño no lo sufre,
no lo llora como vos y quien sea valiente que se perdone a si mismo,
que es difícil quitarse las puñaladas profundamente clavadas...
pero más aun poder limpiarse el alma, y yo,
yo quiero perdonarme,
perdonarte,
y despertar libre cada mañana.
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