Da igual, el terror está reflejado en rostros infantiles,
los niños de todas las razas y de todos los credos,
sufren los horrores de la guerra y conocen todos los miedos.
Se han escondido las plumas y brillan los fusiles.
Lloran y se preguntan de donde viene tanto horror.
Si hasta ayer jugaba y corría en el colegio.
¿Que he hecho yo? ¿He cometido un sacrilegio?
¿Es que no merezco del mundo un poco de amor?
Han pasado centurias
Se han adorado divinidades
Y sufrimos aún las mismas penurias
¿Por qué tantos sacrificios
Que sufren todas las edades?
¿Por qué hay que sufrir estos malefícios?