Mauro Enrique Lopez Z.

Un adios bendito.

Como sufriò mi corazòn

en esos dìas que te fuiste,

hasta te roguè que no te fueras,

hoy gozo y hasta escribo historias

llenas de amor, penas y alegrìas.

Ya no te llamo, ni te escribo mas,

porque lo nuestro està sepultado

desde hace mucho tiempo.

Ya no hay cabo que me ate a ti,

ni pensamientos para caer en tus redes.