Por seguro sabes que nos encontramos
reflotando nuestras ilusiones de buscar
eso que parecía prohibido por lejano.
Ciegos, en frente de ambos, supo estar.
Por el tamaño impresionó como la nada
aunque su peso incidía como gran valor
de estima incalculable para las ganas
de erigir entre escombros un nuevo hoy.
Parecía frágil, perecedero, apenas finito
como un suspiro abatido, listo por volar,
pero su apariencia comprendió fingido
escepticismo, ya que aún quería amar.
Se presentó cuando estábamos de vuelta
siendo lo ida un paso para no recordar
experimentando por imposición artera
que otro desamor sería castigo de sumar.
Tanto como vos me quedé sorprendido
advirtiendo que fuimos la oportunidad
de confirmar si el amor no había elegido
como prueba final para el cielo alcanzar