De Cacería por los Llanos Venezolanos
Junio 1980, Zaraza. Me encontraba con mi padre de cacería de algún venado, por las zonas aledañas al pueblo, un día de verano hacia la hora vespertina. En el horizonte del ocaso un majestuoso Sol poniente que enrojecía aún más los áridos suelos oxisoles. El silencio penetraba hasta los huesos, sólo se escuchaba de fondo el canto de numerosas chicharras que aturdecían el silencio de la tarde veraniega y lo hacían más sofocante, había un calor achicharrante que pintaba con la evapotranspiración del suelo un paisaje con árboles que parecían esqueletos fantasmagóricos.
Las cantimploras vacías, mi padre caminaba delante sigilosamente, yo detrás tratando de divisar algún venado, respetando la época de veda, \"Nunca mates una hembra...\" recuerdo haberme dicho mi padre...\"debe ser macho caramerudo, descarta también a las crías moteadas de blanco\", su voz era muy suave casi yo debía leer sus labios cuando me miraba.
Repentinamente escuchamos a lo lejos el pitar de un toro. nos dirigimos hacia el pitar, cuando sorprendente mente vimos a cierta distancia de nosotros el celaje de un tigre que acorralaba a las angustiadas vacas.
Enseguida mi padre me subió al árbol más alto y cercano; árboles que parecían espantosas siluetas Fantasmagórica Espectrales taciturnas. Escopeta en manos de mi padre. El Toro pitando se le podía ver el lomo poniendose grasoso y brilloso como un cebo aceitoso que brotaba de la piel del animal; y con su pitar alertaba a su manada para que se recogieran detrás de él, las vacas obedientes se arremolinaban cubriendo a los becerros en el medio. Silencio chicharroso en la sabana hasta que rompe el chirrío de las cigarras timbaleras, un nuevo pitar de toro brahamante, cuando de pronto ataca el tigre y el toro se enfrenta valientemente a cuernazos y zarpazos certeros que le hacen arremeter fuertemente con sus cachos una y otra vez, el tigre no logra atrapar al toro con sus garras resbaladizas por la substancia sebácea que expele del lomo del toro, el tigre se aleja, las vacas detrás del toro que las protege, vuelve el tigre con su segundo intento a atacar con furia al valiente toro. Sangre en el estómago del tigre, TORO QUE MATA AL TIGRE ASESINO.
Por
María Alejandra Pérez Sojo
Kunapiache. MAPS \"Espíritu del Jaguar\"
Cuento de la vida real
(Inédito)
Derivado del original de la misma autora narrado en 200 palabras
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