Soy el idiota que espera todas las noches tu mensaje,
imaginario, prisionero, condenado al flagelo.
Soy la sombra de mí mismo en su mejor versión,
soy la constante lastimera, soy espalda y látigo.
Soy el suplicio, la plegaria y la sentencia.
Soy invierno en primavera, la hoja seca del sauce.
Soy la herida que no sana y el corazón que desespera,
y también soy sal, soy descuido, soy veneno.
Soy el grito en los labios tiesos, fríos, azulados.
La muerte y la vida a las trompadas, no hay revancha.
Soy las fichas que han perdido, y observan de afuera,
soy un idiota esperando, a la puerta que no suena.
Lemos Maximiliano Daniel.