Una tarde oxidada de julio
Dudé de mi existencia,
Instantáneamente y de una forma dolorosa
Desperté en mi mente.
En ese instante,
Solo pensaba en que estaba pensando,
De una forma básica y repetitiva.
Básica y repetitiva,
Básica y repetitiva.
Era yo existiendo en mí.
Era yo pensando dentro de mis
Pensamientos.
Pero algo, sucedió…
Escuche una clase de sonido,
Muy familiar, como la brisa cuando
Silva entre las hojas.
Y entonces me vi,
Me vi de una manera irreconocible,
Pero de alguna forma sabía que era yo.
Entonces fue allí donde me di cuenta,
Que ya no pensaba dentro de mis pensamientos,
Inexplicablemente me había separado de aquello,
Que parecía mi propia mente.
Intente hablarle, hablarme.
Pero no tenía sonidos para ejercer.
Cuando en ese mismo instante,
Escuche mi vos que decía:
“5, 4, 3, 2, 1”
Inevitablemente todo se nublo y otra vez
El dolor… estaba nuevamente en esa tarde oxidada
De julio.
© Maximiliano Cabrera