Cuando el sol traspase la línea de la tarde
Me iré a gobernar un estático
campo de flores ahumadas
A romper las cadenas del fanatismo
destructivo de la espera con una copa
A desinfectar el pensamiento
del inadmisible deseo
que significa hallarte naufragando
en las calles de mis pausas.
Cuando el sol traspase la línea de la tarde
Aplazaré con un disparo de hielo
la colisión obligatoria
entre el raciocinio
y el placer de la pulpa
Despreciaré las invitaciones
de almohada que los romeos estacionales
incuban en los balcones
de mis desvelos.
Cuando el sol traspase la línea de la tarde
Ignoraré con el mismo ímpetu
que me define
la urgencia y las súplicas del abstinente
que refuerza su adicción
con las exigencias hormonales
Cuando el sol traspase la línea de la tarde
Me iré lejos de esta mentira
Que llamamos mundo
A soñar con el
Príncipe de las lolitas primaverales
dinamitando los límites
de la imaginación
Cuando el sol traspase la línea de la tarde
Será, aquel animal pensante,
nuevamente una idea
libada en la faringe de mis necesidades
de ternura