La tarde prepara su alcoba,
dormirá cansada
de llamar la noche,
encerrada en tristeza pasajera.
La luna despide a su protector luminoso.
Todo queda ahora en silencio.
La oscura dueña del sueño
tiene atrapado el amor
entre los astros.
Un opaco cielo
de nubarrones plenos
somete a la luz ya rendida.
El gigante incandescente
fue a sus cómodos lares
abriendo paso a la
nueva huésped
que humedece la tierra.