Cuando se apague el sol en una tarde triste,
y el bullicio se troque en silencio,
los pétalos de la flor serán juguete
del viento que recorre los caminos.
Cuando se apague el sol temblará mi alma,
se hará un charco este dolor que siento,
y en la lontananza de un azulado mar en calma
morirán mis esperanzas todas, todas.
Mis vivencias que ya son versos concebidos
vibraránn en cada labio y en cada pecho,
y en algún rincón de esta bendita tierra
resignado estaré, esperando la muerte.
José Eugenio Sánchez Bacilio (Perú)