micaela fernandez

Y llego ese dia...

 

 

Y un día te das cuenta,

que ha llegado ese día que siempre viste lejano,

el que sabía que iba a llegar pero que no esperabas;

rogabas para que ese día nunca llegara,

pero sabías que tarde o temprano te ibas a enfrentar con el.

Llega el momento en que abres los ojos y aceptas

que no tiene sentido seguir haciendo nada,

llega el momento de bajar los brazos y solo esperar,

esperar que esta tormenta que te sacude el alma,

el corazón y hasta el cuerpo pase,

confías en que pasará porque siempre ha sido así,

porque después de una intensa noche oscura siempre ha habido un claro amanecer,

después de una tormenta siempre ha salido el sol,

porque todo ha tenido un principio y un final,

porque después de cerrar una puerta siempre se ha abierto otra;

Confías, ruegas que el tiempo se acelere para no sufrir tanto;

Sin embargo el tiempo sigue igual y

Cada minuto que pasa es un bálsamo que poco a poco nos trae cierta calma

y donde hubo tanta tempestad solo va quedando la barca quieta

y te planteas si esa barca podrá alguna vez volver a ponerse en movimiento;

Está allí inmóvil, con miedo por nuevas tormentas

y piensas que la vida es un continua tormenta que bien vale la pena atravesar,

pues sería terriblemente aburrido navegar en aguas tan tranquilas.

Entonces ….

Te armas de coraje, te levantas, surges

y vuelves a la vida agradeciendo todo lo vivido,

recordando cada momento hermoso y tomandolo como aprendizaje

y cierras esa puerta.

¿ Para que volver a abrirla?,

ya no tiene sentido,

estuvo abierta durante muchísimo tiempo

y no entró nadie por la misma,

no te atreviste a atravesar esa puerta,

ahora ya se cerró para vos.

Paz, amor y felicidad en tu vida,

son mis mejores deseos para vos hoy, mañana y siempre.

Ojalá me recuerdes y también te sirvan de aprendizaje todos los

momentos compartidos, que comprendas al fín todo lo que es capaz

de dar y hacer una mujer enamorada.

Ese fué mi regalo para vos siempre.