Intermitentes momentos
así como tiemblan los suelos,
apacibles miradas al cielo,
en medio de delicados sueños,
cubriendo la noche,
todo rededor con luceros.
Reza la mujer debajo del velo
viendo a los santos
desde sus adentros,
culpándose de todos los pecados,
diciendo un padre nuestro.
Todos tiemblan de miedo
sombras cubiertas
en escandilante fuego,
seres extraños
venidos de otros tiempos.
Otra vez despierto asombrado
en un día tranquilo de sol
resplandeciente y sereno.