Los celos,
esos monstruos interminables
que dibujas en tu mente,
alud de desconfianzas
que te hieren.
Brasas ardiendo en tu pecho,
a veces espejismos de humo,
de lo que no existe.
Amor, deja ya tus celos
y visite la paz a tu alma,
reposa en mis brazos de ternura
sabes que mi corazón y mis besos
solo a ti te arrullan.
Mi amor puro y claro
de la confianza,
a tu pobre alma atormentada.
El amor cuando es sólida roca,
con pequeñas cosas
no se enturbia;
es flameante bandera
que perdura...
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas - Perú -Derechos reservados.