Rayos siempre es la misma historia,
yo espero el tren oxidado
pintado de verde,
en esta ciudad fantasma,
de sonrisa retorcida,
de payaso siniestro,
bebo un chocolate caliente,
mientras espero el tren,
y la vieja araposa,
vende flores que robo del cementerio,
en esta ciudad ya no se respetan
ni a los muertos,
pero en esta ciudad,
yo alimento las águilas,
que llevo en mi pecho.