Pablo

Lago

Han muerto tantos soles,
Y cada día me gasto una vida,
Solo para poder escribirte;
Es así,
Que sentado a la orilla de un lago,
Veo remozar cada uno de tus recuerdos,
Y al ritmo que golpean sus olas,
Surgen litros de sentimientos,
Que se conjugan a la perfección,
Con la belleza de otro sol moribundo,
Y las últimas gotas de mi bolígrafo.

Al termino de mi última palabra,
El cielo me acompaña con sus lágrimas,
Recordándome cada uno de los puntos finales ficticios,
Que he vertido en este lago de sentires.

 

Derechos Reservados

Pablo Gómez