LETRAS, SIMPLES LETRAS
Somos cuanto ambicionamos
y con la guerra y el amor
no es bueno el obsesionarnos.
Si la guerra es horrorosa
para que la paz culmine,
pensemos en otra cosa.
Cuando el horror ha prescrito
al conflicto terminar,
hagamos del amor ese grito
que nos ayude a empezar.
Empezamos el refrito
con las armas que tenemos,
para terminar siendo un hito
sobre ese sitio bonito,
que muchos desconocemos.
Desconozco las razones
que hacen cambiar a la gente
convirtiendo sus pasiones
en la misión preferente,
antes de buscar ese frente
donde están las soluciones.
Somos este mundo visible
de sueños perecederos,
donde todo lo inservible
se diluye en aguaceros;
pasando a los sumideros
de una escritura invisible
plasmada por carroñeros.
Cuantos temores soñamos
son razones convincentes,
para seguir cuanto amamos
sin hacer mal a las gentes,
pues las mismas son simientes
con las cuales nos mezclamos,
al ser las únicas fuentes
de donde sueños sacamos.
Almacenamos recuerdos
que jamás rescatarán,
y firmaremos los acuerdos
que todos olvidaran;
somos esos locos y cuerdos
más, nuestras vidas pasaran,
entre el digo y el qué dirán
para justificar a los lerdos
quienes la misión acataran.
Aquí se acaba esta historia
de versos mal colocados,
como si fueran soldados
que han olvidado la gloria;
y posan descolocados
cual cangilones de noria,
que pasó de ser notoria
por tantos litros sacados,
de pozos destartalados
convertidos en escoria.
Joanmoypra