argantonio

Creo en los paraĆ­sos

Aquella música era pantéista,

sonaban las flautas como trinos,

los acordes eran sónes divinos,

se hace real el sueño del artista.

 

La música de los humanos es lo más celestial,

suena como una bandada de aves en la laguna,

que saludan gozosas a la resplandeciente luna,

solemne sin etiquetas suena la gran masa coral.

 

De la madera se oye el viento,

del violín el suspiro,

y del arpa acordes angelicales.

 

El lamento ya no es lamento,

todo lo que es música lo admiro,

ahora creo en paraísos terrenales.