Después de una ardua jornada, compartiendo sanamente
me fui con preocupación como si fuera indigente
de esos que andan preocupados, por el mundo divergente
pensando en qué comer ¡Ojalá un perro caliente!
Por el camino meditaba, ¿Qué hice mal honestamente?,
sin embargo no entendía
la actitud poco paciente
de estudiantes full risueños que conocí alegremente.
Me paré a repensar sobre to\' lo acontecío,
pero no pude aguantar, el estómago vacío
compré una cachapa con el queso derretío
de verdad les digo algo, la mejor que me he comío.
Seguí mi camino a casa como perro malherido,
tras un regaño del amo por un zapato ruñío,
valoraba el panorama del proceso evaluativo
qué problema el que tengo, ¡en qué peo me he metío!
Andando, andando y andando, llegué por fin a mi hogar
más mamao que teta e\' cabra cuando acaba de procrear,
me quité zapato y ropa más rápido que un huracán
pa\' bañarme rapidito y comenzar a trabajar.
Inicié como todo buen profesional
revisé todo lo hecho, parecía todo genial,
pensé tenía 100 en la escala decimal,
cuál fue mi grata sorpresa, pues algo salió mal.
Una escala desigual sin proporciones adecuadas
fue la que generó ver sus caras amargadas,
todo aquel que se enojó con este impasse conmigo
también debe reconocer que les trato como amigo
Colocándome en sus pies con respeto les pregono
que el errar es de humanos así seamos el patrono;
además muy importante, es reconocer lo torcío
y enderezar los errores que a bien hayamos cometío
Como me inspiró Nazoa en su hermosa poesía
que importante es la humildad en esta tierra vacía,
rectificar es de sabios y arreglar con alegría
los entuertos y desmanes que encontramos en la vía.
Les propongo trabajar, con amor y voluntad
que es lo que requiere, un docente de verdad
con ética, compromiso y una gran disponibilidad
para afrontar los grandes retos de esta dura sociedad.