Somos dos pinceladas de colores perdidos
encontramos tiempos de transparencia
y a veces rebozamos en matices
más no hayamos lienzo que sea nuestro
mientras hay resonancias ocultas en espacios desconocidos
y allí muchas almas se cuelan en escasas grietas
lluvias luminosas pasan llevándose nuestros ojos
y ni cuenta nos damos que los momentos han pasado
asi extrañas sensaciónes nacen en marejadas lentas
lentas como un ingravido mundo tranquilo
entonces desconocemos las razones,
y es difícil diferenciar el camino,
¿acaso hemos siquiera avanzado?
nos cegamos con refulgentes llanuras de futuro
para hallarnos a nosotros mismos en circunferencias
de penosa autocompasión.
Eventualmente llegamos a un lago quieto
que como espejos de razón y junto a la luna
nos tiende una canción iluminada de respuestas,
lúcidas rimas de claridad en la mirada
armoniosos arpegios de sentidos juntándose y acariciándose
una voz firme que robusta esos cristales en lo profundo
una lírica demasiado simple, y así facilmente olvidable
pues los juramentos no se sustentan en declaraciones superficiales
ni en silencios errantes, la palabra se marca muy dentro
y ella habla sobre esperanzas desinteresadas,
de la vida como un flujo
incluso los brotes de un privilegio olvidado
salen de la tierra rebosada de lágrimas
y así se crea esa fuerza que trae constelaciones de vuelta
a tu firmamento desierto y congelado,
mientras yo forjo una brújula que trascienda los oceanos
para no caer nuevamente en las nieblas del olvido
entonces me preparo en busca de travesías prohibidas
mientras espero la llamada de tu despertar,
quizá el sol salga nuevamente...