voy camino a la montaña en busca de un acomodo,
la paz, dicen, está cerca, y es su acomodo un joyel,
me sumerjo allá en su entraña del sendero en un recodo
y veo la paz huraña nadando en su propio lodo
pues por allí no se acerca la paz se halló en un cuartel
la paz, cada vez más vieja se esconde como la rata
en la jungla más espesa en alguna alcantarilla
si se llama paz se queja el desarme le arrebata
si se llama Guerra deja el loor que le da la plata
el mismo hedor a riqueza su prensa propia “amarilla”.
Es la paz una congoja la guerra abierta fortuna
del alma del subversivo se nutre con lo que tienes
llámese paz lo que escoja las dos convergen en una
se para en la cuerda floja la guerra en paz es ninguna
no existe allí un lenitivo que le regule los bienes
ansié que la paz viniera del vientre en su aroma extraña
pero allí estaba la guerra durmiendo en su flora bella
o paz o guerra quimera y con el bosque se ensaña
pues de la misma manera si no viene la montaña
porque Natura no yerra seguro yo voy a ella.