Fueron tus palabras una bandada de pájaros de alba
que se posaba en mí para encenderme desde mi alma.
Tu lengua entró en mi boca
y gustaste de mi saliva a mar,
mis senos entibiaban el aire que te rozaba
y tu oleaje acompañaba
la ondulación de mis caderas.
En bocanadas tu aliento
fue eco de tus balbuceados versos
y en una mansa espera boca abajo
supe del nuevo latir de caracolas
y de un cielo que bajaba hasta alcanzarlo.
Navegué entre las aguas de tu pecho ,
me abandoné para que como pulpo
me arrastraras en la arena
y a mi llanto lo palparas
como un remolino de mi gozo.
Libaste mis lágrimas y el néctar de mi cuerpo.
Ahora escribo un poema nuevo
con palabras de pájaros de playa.