Tan caóticos, tan sueños,
los besos, los bares aquellos,
la sonrisa burlona de la calzada,
el destierro por una cama congelada.
Tan turbio, tan bello,
las noches con luna que apenas vemos,
la brisa del mar y el cementerio,
el color confuso de las mejillas llenas de misterio,
Tan insano, tan tuyo,
la locura permanente por reír,
tan murmullo que no escuchamos,
tan feliz sin pensar en ser feliz.
Solo recordar la chica del anden,
la copa de vino que tomamos en algún tren,
el tabaco, la música, el lío y el tibio
sabor a veneno de los vicios.
Y soñar y creerse los sueños,
y sentir y mentirle, a los serios,
señores padres de familia,
que buscan un buen yerno
Tan grande, tan incoherente
la mirada del ser inocente,
tan mal fingida, tan sincera,
tal desordenada, la crédula vida,
Tan meticuloso, tan afable,
tan lleno, tan curioso,
el tiempo, el bello y amble camino
de púas, posos y caricias.