Poderosos en tierra y cielo,
intocables cuerpos formados del verbo.
Apacible campo de nubes y ángeles,
todos los espíritus en una divinidad.
Oráculos de la antigüedad,
inalcanzables náyades,
musas rodeando a Delfos,
sentencia de vida y muerte.
Oraciones en trinar de ruiseñores
olimpo despierto en dioses supremos.
Cristo redentor avasallado,
pan y vino con su pueblo.
Mágica ronda del canto y la alegría,
en el mito de los elegidos,
quedó una corona de espinas.