Érase una vez…una flor desdichada;
Sintió se en el jardín la más olvidada,
Su desdicha crecía más al ver los días pasar;
Esperaba y esperaba al “amor” que debía llegar…
Veía a las otras flores, felices en el jardín,
Y en cada suspiro… ¿cuándo me tocara a mí?
Era la pregunta que hacía eco dentro de sí,
Me estoy marchitando se decía,
Y la felicidad no me ha llegado todavía;
¿Dónde estarás? ¿Por qué tardas tanto?
¿Qué te detiene que no has oído mi llanto?
Preguntaba sin cesar la más triste flor
Y aún está en espera de su más grande amor…