Quiero recordarle que entre usted y yo, hubo un idilio
ya acabado, ya dejado, ya olvidado
pero lo hubo.
Lo hubo, porque cuando nos veíamos
sentíamos estremecernos
sólo con esa mirada que nos dábamos
lo hubo, porque aquellos besos
totales, magistrales, excepcionales
se quedaron en nuestras almas.
Lo hubo, porque aquellos encuentros
soñados, planificados, logrados
nos dejaban una pradera de alegrías
de intimidades, horizontales, sensacionales
para los dos.
Quiero recordarle que entre usted y yo, hubo un idilio
aunque ya no nos veamos más
y el rumbo de nuestras vidas
se haya ido por caminos
antagónicos, protagónicos, melancólicos
en la actividad diaria de cada uno.
Quiero recordarle que entre usted y yo, hubo un idilio
arrinconado, condenado, sentenciado,
pero lo hubo.