Una Tarde
Una tarde común para cualquiera
un día cálido de primavera
llegaste puntual a mi habitación
sin saber todavía la intención.
Era nuestro encuentro ya planeado
era algo que ya habíamos hablado
donde todo se mantenía incierto
como lo está el oasis del desierto.
Habíamos prometido un abrazo
que fuera entre nosotros como lazo.
Que le diésemos tiempo prolongado
por estar por los dos tan esperado.
Tras instantes de mutua confusión
mostrose del abrazo su efusión.
Y luego de un breve mirar travieso
estuvimos fundidos en un beso
Vasos hielo y un poco de licor
nos brindaron su toque animador.
De pronto se nos ocurrió saber
si la boca copa podría ser.
Charlamos como viejos conocidos
de poesía, de libros leídos
ignoramos tiempo, también edades
y ahí estábamos diciéndo verdades
Hablamos de los besos deseados,
de fantasías , de sueños buscados.
De un justo temor; de que esa locura,
encuentre razón, encuentre cordura.
Acordamos de vernos otro día
muy pleno de licor y poesía
para recrearnos de otra hora loca
¡llenándo de muchos besos la boca!