Que no te daría por sentir tu cuerpo
Si para mi eres la rosa
Que engalana el jardín de mi deseo
Daría la belleza de las flores
Del campo y la montaña
La luz de las estrellas
De las constelaciones más bellas
Del silencio la reflexión
Que enseña a amar con admiración y respeto
Del mar su grandeza y
Del lago su quietud
De la noche el romance
Que envuelve y acompaña
Del viento su canto
Con el rose de las hojas
De la brisa su frescura
Que acaricia a la rosa
De la luna su hermosura
Que alumbra el juntarse de dos bocas y
Del jazmín te daría su aroma