Arpegio peregrino tan viajero
vagaroso en el vasto pentagrama,
encendiendo al amor la dulce llama
con las candentes notas del bolero.
No vagues ritmo, arpegio sandunguero,
escucho al corazón cuando me llama
queriendo complacer a bella dama,
con pasiones armónicas, “te quiero”.
Compases con cadencias de dulzura
que forman las baladas celestiales,
armónico su ritmo del candor;
intenciones que el ánimo procura,
atemperando anhelos siderales,
sintiendo los arpegios del amor.
Poemas de Camilo*
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