Nunca una guirnalda fue tan roja
para pintar a España mano y suelo,
y por ser arcoíris en el cielo
su óleo para siempre abraza y moja.
La historia escribe a diario cada hoja
con lágrimas de aquel triste pañuelo,
penando el crimen, recordando el duelo
cuando al tirano de ignominia arroja.
Se enfrentaron al plomo, a las dentellas
todo lo dieron: su ideal, la vida…
por no ver a su hermano gemebundo.
Estas niñas caminan como estrellas,
su voz de patriotismo va seguida
por las personas nobles de este mundo.
¡Qué alto…qué profundo
abrazaron su tierra tan ardiente
por ver las caras cual rosal sonriente!