Día de alzarse en hombros con la vida,
de beberse el trago amargo de malos ratos
el polvo debajo de la mesa, del sofá y de las sillas,
en el piso hay pisadas y pelaje de los gatos.
Los cuadrados del piso cuentan su momento por sí solos,
le escuchan en jarrón flores rojas y amarillas
y se quedan quietas, porque artificiales son más silenciosas.
El hielo sigue llegando desde los polos
y hay confusión de quien debe hacer aquellas cosas,
las arañas son las únicas que trabajan sin descanso
su obra pende desde el techo y adorna las esquinas,
se pinta en un recuadro una paz que no existe en un remanso
en tanto, en una cabeza los sanguíneos se azotan con espinas
hay caras que se pliegan, aspavientos que abusan de la burla
y en la pantalla, las noticias de tragedias familiares
y colectivas que no cesan
fracasos y pocos éxitos, desvencijados pasos